Karl & Groucho

Hace ya más de siglo y medio que Marx (Karl) intuyó la necesidad de un cambio radical en el modelo económico y social que se estaba imponiendo en los países industrializados.

Parte de los problemas que denunció siguen vigentes. Algunos, tras un periodo en que parecía que estaban en vías de extinción, han rebrotado con virulencia. A fuer de pecar de optimista y sin disponer de un análisis objetivo me atrevo a opinar que la mayoría realmente se han solucionado o han visto reducidos sus principales inconvenientes. El modelo económico actual no ha cambiado substancialmente del que pretendía cambiar Marx pero en esos países que se industrializaban el bienestar de la población ha mejorado significativamente. Ya no se usa el término capitalismo para nombrar al actual modelo económico. Ahora impera el término "economía de mercado" y también se usan otros más amables como "economía del bienestar" u otro más osado como "economía social de mercado". ¿Los mismos perros con distintos collares? Tal vez exactamente los mismos no, pero algún aire de familia si se les nota, ¿no?

La parte negativa del asunto está en que en este más de siglo y medio, podemos apreciar que las mejoras han sido significativas para aproximadamente un tercio de la población, pero para el resto (¿4.000.000.000 de personas?) la situación sigue siendo preocupante y las perspectivas poco halagüeñas.

¿Surgirá un nuevo Marx que intuya la necesidad de un cambio radical en el actual modelo económico y social? ¿Ha surgido ya y no me he enterado? Algunos autores he leído que han iniciado la búsqueda de un nuevo paradigma. Puedo citar al malogrado Galbraith que avivó desde dentro la mala conciencia de la sociedad opulenta durante toda su vida ("La economía del fraude inocente" es una breve pieza que, con elegancia, señala las principales debilidades del actual sistema). Debo mencionar a Manuel Castells porque la lectura de sus lúcidos análisis, sean sus libros de estos últimos 20 años o sus artículos de estos últimos tres años en La Vanguardia nos plantean los interrogantes y nos despiertan las conciencias entumecidas.

(Permitidme la licencia de reproducir a título de ejemplo el inicio del artículo del profesor Castells publicado el 22 de marzo de 2003 :

"Y así llegamos, de nuevo, a la guerra. Al hedor nauseabundo de humanidad putrefacta, al alarido desgarrado del dolor que penetra las entrañas como una navaja estriada. ..."

y el final del publicado el 26 de enero de 2006:

"... Si le parece que hay demasiados inmigrantes, no tape con los dedos el estrecho de Gibraltar. Piense en la gestión compartida de una economía global y una sociedad en la que nuestra identidad, nunca una esencia, pueda perdurar coevolucionando con las demás.")

Hace aproximadamente un siglo que Marx (Groucho) y sus hermanos intuyeron que las artes escénicas seguirían ayudando a la población a evadirse de sus preocupaciones pero reconocieron que la nueva sociedad industrializada necesitaba principalmente un humor inteligente y crítico. Algunos les han seguido en su cruzada; mis preferidos son Gila, Woody Allen y Les Luthiers. Sé que hay muchos más, pero se me antojan pocos y poco aprovechados.

Desde la ITUPÍA reivindico la relectura de los Marx. A ver si de esas lecturas surgen nuevos Karls y nuevos Grouchos. Que de ambos andamos algo necesitados.